Juan de Dios Muñiz, nacido en 1906 y fallecido el 7 de Septiembre de 1951 en Madrid, con tan solo 45 años, unos de los primeros componentes del cuadro de actores de los Estudios de doblaje Metro de Barcelona, fue la voz de muchos actores, pero en especial, la de Spencer Tracy en ese Estudio hasta que se marchó a Madrid, tenía una voz vieja y rota a pesar de ser un actor joven.
También apareció como actor de imagen real en las películas, Costa Brava (1942) del director Julio de Fleischner, Estaba escrito (1945) del director Alejandro Ulloa, El Misterioso viajero del Clipper (1945) del director Gonzalo Delgras, La Mujer, el Torero y el Toro de (1950) del director Fernando Butragueño y Un Marido a precio fijo de (1942) de Delgras, en el que interpretaba el papel de Pedro, el mayordomo de Rafael Durán
En esta última película, actúan hasta 12 actores de doblaje de esa época, como, Manuel Santigosa, su hijo Alfonso, Eduardo Garro, José Prada, José Vidal, José Sanchiz, Leonor Fabregas, Jorge Greiner, Lily Vicenty, Rafael Durán y el Gran José María Ovies.
Víctor Ramírez, fue otro de los primeros componentes del cuadro de actores de los Estudios de doblaje Metro de Barcelona, intervino en números doblajes en este Estudio y en todos los que había en Barcelona, voz entre otros, de Gene Kelly, Fred Astaire, Leslie Howard, Melvyn Douglas y muchos más.
De este actor, hay muy poca información, desconociendo, cuando nació/murió. Bien podría haber sido sobre 1900/1910, habiendo doblajes suyos en 1939 y los últimos que hizo son de 1976.
Cuando la Metro cerró sus Estudios temporalmente en 1942/1943 se marchó con Julio Alymán y otros compañeros a los Estudios Chamartín de Madrid, que habían estado cerrados durante el periodo de la Guerra Civil volviendo de nuevo a Barcelona en 1946,aunque en su periodo madrileño, se trasladó a Barcelona, a hacer algún doblaje.
Se trasladó a Madrid a mediados de los años 50, por una confrontación con Rafael Navarro y he aquí lo más inaudito, paso de doblar a primeras figuras, a actores secundarios, a veces tan secundarios, que tenía cuatro o cinco personajes, en la misma película.
Algo incompresible, aunque no tenía la frescura de voz de los primeros años, si conservaba todavía un tono apropiado para doblar a actores de primera línea, pero en Madrid, su voz no cuajo o gustó, aparte de que las mayorías de los Estudios de doblaje existentes, tenían a sus principales actores y secundarios.