Hace décadas era algo habitual que a la proyección de un largometraje en cine (especialmente en las sesiones de estreno o reestreno y antes de que el largo llegara al circuito de los programas dobles) la precediera la proyección de un cortometraje. El emparejamiento largo-corto solía ser decisión de la distribuidora local.
En la actualidad en cambio el recorrido de un corto difícilmente pasa de festivales especializados y, si acaso en grandes ciudades, eventos especiales de proyección de varios cortometrajes en una sesión. Sólo quedan como excepción algunos cortos puntuales designados ya en origen por la productora para acompañar a un largo en su recorrido cinematográfico (es el caso de algunos cortos Disney, generalmente animados).
Pero el cortometraje sigue siendo un formato imprescindible para el aranque de las carreras de cineastas noveles que ni de lejos van a poder conseguir financiación para un largo, amén de que sigue siendo un formato interesante como herramienta de creación y expresión en si mismo.
Por eso hay salas especiales que siguen programando cortos en sus proyecciones, aunque también suele ser algo restringido a los grandes nucleos urbanos donde están estas salas. Algunos cineclubs también se acuerdan del formato.
Y es un fenomeno reciente que algunas distribuidoras españolas colaboren en el mantenimiento del formato incluyendo en sus catálogos algunos cortos que llegan de su mano a las salas acompañando a las películas que distribuyen o incluso a ediciones en dvd de películas de su catálogo. Yo tengo un par de dvds de Cameo, por ejemplo, que incluyen sendos cortos que nada tienen que ver a priori con el largo en cuestión.
Esto no es ninguna iniciativa anecdótica, porque además de publicidad para el corto y su equipo, la distribuidora también paga por los derechos de distribución, y así contribuye a financiar nuevos proyectos.
Hay en mi opinión un ejemplo estrella en todo esto, el de Cameron Duncan. Cameron Duncan era un joven cineasta neozelandés que murió con 17 años víctima del cáncer. Peter Jackson había tenido ocasión de tratar con él a través de un concurso de creación de un spot de carácter educativo que financió, si mal no recuerdo. Para Cameron, ya enfermo, su ilusión era obviamente recuperarse y llegar a ser mundialmente reconocido por su trabajo.
Cuando Peter Jackson se enteró de su fallecimiento, decidió como último homenaje ayudar a Cameron a cumplir su sueño de ser famoso de forma póstuma. E incluyó toda su filmografía como extra de la Versión extendida de El Señor de los Anillos. El retorno del rey. La iniciativa supuso que millones de personas en todo en mundo sepamos hoy quién fue Cameron Duncan y conozcamos su obra.
Una iniciativa similar (mucho más modesta y local, obviamente, que el ejemplo anterior), denominada Proyecto nuevos realizadores, es la que llevó a cabo 39 escalones en sus comienzos. Y fue en el marco de esa iniciativa que llegaron cortos a varias de sus ediciones en dvd de largos, y también de series, en concreto a las dos primeras ediciones de series de rtve, El quinto jinete y El conde de Montecristo.
Bueno, a mi juicio es una iniciativa que se agradece, aunque claro nada aporta al contexto de la serie o largo editado.
Otro asunto son los extras asociados al objeto principal de la edición. Las distribuidoras locales, tipo 39 escalones, tienen siempre la dificultad de no tener un fondo de catálogo del que tirar para añadir extras a sus ediciones, salvo que le compren material al productor o titular de los derechos regionales de distribución.
39 escalones, no lo he mencionado, también incluye como extra justo lo que tú mencionas, un listado de adaptaciones alternativas de la novela de Dumas, en semejanza a lo que en otros lanzamientos hacían con libretos que acompañaban a la edición. A mí personalmente eso no me parece nada interesante, lo mismo que otros extras de otras distribuidoras tipo biofilmografías de los actores o del director, o fichas técnicas o artísticas. No me parece nada interesante porque en general no son completas y, además, si tengo interés, ya busco en internet la información; o, en el caso de las fichas, en los propios créditos, que para eso están.
Tu idea es mucho más audiovisual que un listado, claro, pero choca de plano con que una distribuidora como 39 escalones no dispone de los derechos sobre el material para construir el documental. Ellos en una edición legal no pueden hacer lo que hacemos nosotros a todas horas, que es fusilar información e imágenes de mil fuentes y reproducirlas aquí en el foro sin más.
Eso no pueden hacerlo, pero otras cosas aún más interesantes sí. El problema una vez más y siempre a mi juicio, es que no están bien asesorados. Lo mismo que no lo están a la hora de documentar el orden o las fechas de emisión de los episodios, ni una simpre anécdota histórica relativa a la serie, no lo están para construir un jugoso set de extras, que podrían.
Podrían porque tienen a su disposición todo el enorme archivo de rtve. Lo mismo que le compran a rtve los episodios de la serie en cuestión le pueden comprar unos cuantos programas de la época relacionados o bien con la serie en sí, o con el contexto de emisión.
Si le compras a rtve, por ejemplo, 111 episodios de Crónicas de un pueblo, cómprale también la entrevista a Mercero sobre sus comienzos en televisión en la segunda cadena (que inauguró él) y que le llevaron a que le ofrecieran la dirección de la serie. O el premiado Symposium para la paz, que fue el verdadero trampolín para llegar a la serie. O La balada del pequeño soñador, que Giménez-Rico pudo rodar gracias a su buen hacer en la serie, con el protagonismo del mimo chaval que interpretaba a Juanito en Crónicas. O todo, claro.
Están ahí muertos de risa olvidados en un rincón del archivo, y seguro que los conseguían por cuatro perras (me adapto al lenguaje de la época, jajaja). Y crearían ediciones de antología. Pero, claro, necesitan que alguien les asesore en esa selección.
He puesto algunas opciones para Crónicas de un pueblo, pero podría hacerlo para cualquiera de las series editadas.
En el caso de El conde de Montecristo, cualquier otro dramático de la época, si interviene Pepe Martín o lo dirige Pedro Amalio López mejor que mejor. O un programa de ese año, un documental por ejemplo. Yo, desde luego creo que lo habría tenido claro así de primeras: las imágenes de la retransmisión en directo de la llegada del hombre a la Luna en ese año 1969, que están disponibles en el archivo. Pero seguro que investigando un poco aparecen cosas tan o más apropiadas.